Salsa Vice

El Vicio de la Salsa

La diferencia entre Salsa Romántica, "Salsa Erótica" y "Salsa de Escritorio."

editorial no tan breve por ... (segunda de dos partes)

En la primera parte de este editorial nos concentrábamos en la década de los 80's y los comienzos de la llamada onda "romántica" dentro de la salsa con Louie Ramírez y Noche Caliente y el comienzo del ciclo erótico que comenzó TH-Rodven con Frankie Ruiz, Lalo Rodríguez y Eddie Santiago, el cual luego se tradujo en ventas que revitalizaron el género así como en una marcada inercia creativa que lejos de revitalizar el género casi lo anula. Ahora, para la conclusión de este artículo nos concentraremos en la década de los 90's. Enfatizaremos ahora en el ciclo de vida de RMM, los nuevos talentos que surgen, nadando algunos entre ambas aguas (lo romántico y lo erótico) y uno que otro producto de laboratorio que llega en momentos cuando ya las multinacionales campean por su respeto y terminan monopolizando lo que queda de la piña dulce...

1990: Se sigue llenando la cama ("y Dale Pa'Bajo!!"), excepto por el que se quedó con las rosas en el balcón...

Entra la década de los 90's. Y comienza aquí el conteo regresivo para el desbarajuste del mercado salsero como lo conocíamos: el éxito de Sony con Luis Enrique provoca no solo que, siguiendo un patrón bastante descarado, el mismo sello comience a traer al ruedo a figuras cuyo único mérito destacable (el cual de por sí es cuestionable) lo es su imagen... sino que otras multinacionales, siguiendo el efecto del buitre y respondiendo a la voz de alarma de que hay buenos chavos corriendo en la salsa, se cuelen en el vacilón y empiecen a hacer lo mismo buscando dinero rápido. Pero de por medio todavía hay mucho material positivo (y no tan positivo también) que merece destacarse. Y a eso vamos en esta parte del artículo. En este segmento enfatizaremos primero en (1) la obra de la figura que prácticamente revitaliza la salsa (y lo romántico en ella) en momentos en que las letras que trabajaba el género casi convierten a la salsa en una convención de enfermos sexuales a principios de década, (2) la trayectoria de otro sujeto que, a su estilo, se afinca en el gusto popular en esta etapa, (3) resumiremos lo más brevemente posible lo que ocurrió en el sello disquero que comandó el género salsero durante buena parte de los 90's hasta su defunción en medio de una millonaria demanda y, (4) finalmente, la debacle (y el análisis de lo que defino como salsa de escritorio).

A) El de las rosas en el balcón...

El año es 1990. Y la salsa como la conocíamos, luego de un necesario respiro económico que la vitaliza en 1986 con el éxito de figuras como Frankie Ruiz, Eddie Santiago y Lalo Rodríguez cuando explotan el erotismo en las líricas, viene de nuevo de capa caída, precisamente por el estancamiento veloz al que la conduce irónicamente esta misma variante erótica. Ahora si no hablabas en tus canciones de cosas como sábanas mojadas, "no te quites la ropa que quiero hacerlo yo," "sedúceme," " hagámoslo de nuevo" o las mil y una variantes posibles para recordar ese bendito día en que la hiciste perder la virginidad, la radio sencillamente cogía tu "demo tape" y te lo echaba al zafacón. Atrás quedaban de repente los tiempos en que te podías disfrutar sin complejos un buen solo de timbal de Endel Dueño (el correcaminos salsero), un trombón furioso a lo Barry Rogers, Reynaldo Jorge o Willie Colón, una trompeta jugando en la estratosfera como la del panameño Víctor Paz (o la voz del mismísimo Lalo Rodríguez elevándose a igual altura en temas como "Mi Ritmo Llegó," "Un Día Bonito" o "Semilla de Cultura"), o alardes como los cortes al unísono de Barretto con Orestes Vilató o el solo con dos bongós de Roberto Roena en "Traición." Ahora todo giraba en función de la cama, "perderme en tu cuerpo" y "a él le falta lo que yo tengo de más..." (Coño, ¿usará este tipo un güiro por condón o algo así? El tipo es una jodienda entonces....)

Lo irónico de todo este episodio es que el giro hacia la salsa romántica lo que buscaba era conectar con la audiencia femenina, a quien por lo general no le importaba mucho la música después que se dejara bailar, pero no le hacía gracia el que se denigrara a la mujer en algunas de sus letras. Hay un gran trecho entre la salsa erótica y letras que se trabajaban en los 70's, donde se iba desde pontificar el viejo adagio machista de "el hombre en la calle y la mujer en la casa" como en los casos de "Tu No Haces Nada" de Bobby Valentin y Marvin Santiago (del clásico en vivo "Bobby Va a la Cárcel, Vol. 2" de 1975) y "Las Mujeres Son" de Ismael Miranda con Larry Harlow (del disco "Oportunidad" del '71), hasta, y esto lamentablemente es un hecho, temas donde en algunos versos se justifica el abuso físico, como en "Si Te Cojo" de Ismael Rivera ("De Todas Maneras Rosas," 1977) y "Bandolera" de Hector Lavoe ("Comedia," 1978). Pero seamos honestos: pasar de ser esclava de los quehaceres del hogar a ser un mero objeto o juguete sexual no es necesariamente un paso de avance... Las letras en la salsa evolucionaron de la postura machista de los 60's y 70's, pero muchas féminas que en un momento abrazaban plenamente la salsa en su nueva modalidad vuelven a despedirse cuando descubren que mucho de lo romántico comienza a desembocar en lo abiertamente sexista. [Les confieso que algunos sábados mientras limpiamos la casa a veces me entra el placer morboso de poner a todo volumen en mi CD player el tema antes mencionado de Miranda donde en uno de los versos dice "tienes que lavar las medias, toda la ropa interior... y tienes que cocinarle... luego salir a lavarle el carro del año" solo para ver la reacción de mi esposa... Si todavía creen que esa costumbre común de nosotros los varones de dejar la tapa del inodoro arriba es lo más que le molesta a las esposas, piénsenlo dos veces...]

Y mientras ahora en la salsa prácticamente todo el mundo ya se estaba revolcando en la cama, tiznando las sábanas que alguna vez fueron blancas y reventando los box springs y mattresses, un "jabao" puertorriqueño llega tarde a la orgía y se planta con sus rosas y su caja de chocolates en el balcón gritando "perdóname...:"

«Pido la paz para esta guerra. Quisiera deponer mis armas. Parar con esta hostilidad que no conduce a nada. Te propongo una tregua...

Hago un llamado a tu conciencia; la mía ya me está matando. Quien te está hablando se rindió, perdió todas sus fuerzas... y hoy viene a suplicarte y a pedir perdón.

Perdóname... no me hagas llorar. No sé cómo hablar. Perdóname... ¿qué tengo que hacer? Si quieres me rindo a tus pies...»

El timing de Gilberto Santa Rosa a la hora de grabar este tema no podía ser mejor: si bien Gilberto siempre se mantuvo lo más fiel posible en este tiempo a la onda romántica sin caer en lo sexual, el impacto del sencillo "Perdóname" fue una suerte de baño de agua fría para el género cuando todo ese sexo desenfrenado (o en su defecto tanta masturbación a causa de las Playboys) ya empezaba a dormirlo. Con esta movida, Santa Rosa y sus secuaces revierten el proceso y traen de vuelta la salsa romántica, hasta cierto punto, al punto de origen donde arrancó Louie Ramírez: lo suficientemente atractivo para atraer a las chicas, pero sin perder el afinque que exige el bailador de siempre. El disco en cuestión se titula "Punto de Vista" y es el primero que Santa Rosa y su orquesta graban con Sony luego de salir de Combo Records. Como contrapeso al ritmo considerablemente lento y "echa'o pa' atrás" de "Perdóname," la orquesta recurre a temas como "Vivir Sin Ella" (donde Jimmie Morales al menos se permite par de segundos de abandono en las congas), "De Cualquier Manera," "Me Liberé" (uno de dos temas donde el aún corista Alex D'Castro se da su curadita como voz principal y sonero... y ese es un punto importante que abarcaremos más adelante), y la bomba "No Me Dejes Solo," donde la banda apura un poco más el paso. La fórmula fue un éxito y el disco arrasó. Al punto que en adelante lo apodan El Caballero de La Salsa. La misma fórmula se repite con iguales resultados en "Perspectiva," el disco que le sigue ('91), del cual se escuchan "Conciencia," "Vino Tinto" y "Amor Mío No Te Vayas."

[D'Castro está ahora en una posición visible y TH-Rodven, sello que ahora empieza a verse en aprietos cuando a Eddie Santiago se le acaba el perfume, le hace una propuesta para grabarlo como solista. Luego de un aparentemente serio desacuerdo con Santa Rosa, abandona la orquesta y aprovecha la oferta de TH-Rodven, grabando el disco "Solo," donde sigue un estilo y sonido similar al de su ex-patrono y fue un éxito de ventas. Luego de hacerse de un nombre por cuenta propia y varios discos con relativo éxito, lo inesperado ocurre: un encuentro con su ídolo de antaño Bobby Cruz en un Día Nacional de La Salsa (donde ambos cantarían a dúo el clásico "Agúzate") marca un punto donde no hay marcha atrás y D'Castro abraza el Pentecostalismo. Su disco "Un Tenor Para El Cielo" (1997) refleja el cambio de planes con temas como "Corre Amigo Mío," "Jesús Pasando" y el tema que da título al disco, aunque no pasa desapercibido para la masa salsera secular gracias al contagioso tema "Te Fuiste" (popularizado primero en la Cuba castrista por Manolín el Médico de la Salsa). De ahí en adelante D'Castro, por aquello de que hay que estar arriba de la bola, como dice la última canción que mencionamos, imita el ejemplo de Bobby Cruz al hacerse pastor y abandonar gradualmente la salsa.]

Volvamos a Santa Rosa. Ya en esta etapa, el mercado de la salsa está prácticamente mecanizado: ahora se graba lo que las disqueras quieren que se grabe. A estas alturas (los 90's), ya las disqueras no están para desarrollar artistas, sino para generar dinero. [Aquí es donde se institucionaliza entonces el concepto que yo denomino como la salsa de escritorio, pero esto prefiero discutirlo en detalle en el último segmento, a manera de desenlace.] Y Santa Rosa prueba esta realidad de la peor forma. En el '92, Santa Rosa decide tomarse un paréntesis y aprovechar su popularidad para hacer realidad un sueño de siempre: Realizar un disco en homenaje a uno de sus héroes: Tito Rodríguez. En Gilberto, la atracción por la figura y obra del mítico cantante y director de orquesta fallecido en 1973 va más allá de la simple idolatría: compra los derechos de las cintas originales de su afamado programa de televisión de los años 60's y conserva varias de sus piezas de ropa en su colección personal (y tiene planes de comprar lo que fue su casa en Puerto Rico y habilitarla como un museo). Surge el proyecto "A Dos Tiempos De Un Tiempo." Pero los directivos de la división latina de Sony (y uno que otro soplapote de esos que se arriman a uno cuando uno está en buena racha) no están del todo convencidos de la idea, no veían un gancho comercial ahí (¿no les acabo de decir que no están para desarrollar artistas, sino para hacer dinero y rápido, como los banqueros?). Gilberto como productor del disco decide que el proyecto va y lo completa de todos modos (Víctor Paz, la primera trompeta por excelencia del bandón de Rodríguez, avala el proyecto, al cual se suman como invitados Papo Lucca, Arturo Sandoval, Elías Lopés y otros para reforzar la orquesta y convertirla en un big band para efectos del disco). La Sony, en represalia por el "atrevimiento" del Caballero De La Salsa, hace todo lo posible por que el disco sea un fracaso al no darle promoción y no moverlo mucho en la radio a pesar de la calidad del repertorio, que incluye hasta un dúo (gracias a las maravillas de la electrónica moderna) entre Gilberto y su ídolo Tito Rodríguez. Hay roces inevitables entre Santa Rosa y la alta gerencia del sello, pero algo le debieron haber dicho en una de esas reuniones (además del "eso no se hace") que lo hizo salir como perro azotado: con el rabo entre las piernas... Hmm...

Así las cosas, Santa Rosa regresa a la programación regular en "Nace Aquí," del cual se promocionan los temas "Sin Voluntad," "Qué Manera de Quererte" (en Miami este tema lo fusiló la cubana Albita) y "Me Volvieron A Hablar De Ella." (A partir de este disco, Gilberto empieza a aparecer solo en las carátulas y no con sus músicos.) Pero de ahí en adelante Gilberto vuelve a experimentar, esta vez añadiendo una sección de cuerdas a "De Cara Al Viento" (1994), el cual Sony movió con las muelas de atrás, como decimos en Borinquen. Le sigue un disco grabado en vivo en el prestigioso Carnegie Hall de Nueva York ('95) que a su vez sirvió como un greatest hits para efectos de la disquera y se movió bastante bien. "Esencia," del '96, supone el fin de la orquesta. De nuevo, los soplapotes asesoran mal a Gilberto, haciéndole ver que "está perdiendo dinero con esa orquesta grande y descontándole Seguro Social a los músicos y todo" (El Gran Combo, otra institución idolatrada por Santa Rosa, lleva años funcionando como una cooperativa y con un esquema similar, de ahí Gilberto adoptó el concepto). La excusa para disolver la orquesta fue que Gilberto estaba perdiendo la voz y que se iba a coger un descanso. El descanso, en efecto, se dio (y el desmejoramiento en su voz también fue un hecho). Pero de momento surge Santa Rosa con un "vente-tú" armado por José Lugo y ahí es que los músicos prácticamente se enteran que fueron en realidad despedidos. La insólita movida no fue vista con buenos ojos por el público (de hecho, la mayoría de los ahora ex-músicos demandaron a Gilberto). Ahora Gilberto es solista y no director de orquesta... Su posterior trabajo ("...De Corazón," del '97) empieza a notarse frío, mientras en una movida con miras a "re-inventarse," Gilberto empieza a buscar hacia el pop. De alguna manera, el Gilberto que en el '86 decía aquello de "pero como soy de pueblo yo quiero ser como Cheo, Andy, Pellín o Ismael" ahora se convierte en justo lo que en el título de esa canción decía que no quería ser: un cantante de cartel. "Perdóname" ya está a ocho años de distancia y eso, en estos tiempos de salsa de escritorio, es demasiado tiempo. El tiempo sigue corriendo y Santa Rosa parece en peligro de convertirse en nostalgia al igual que Eddie Santiago...

Para que Gilberto se "reconcilie" con el público habrá que esperar a 1999, cuando por fin se da ese hit que le sirva como excusa para sacar a "Perdóname" de su rotación de temas de concierto: "Que Alguien Me Diga," estampado en el disco "Expresión," el cual le vale una nominación a los recién creados "Grammy Latinos." Se puede dar el lujo de no grabar un disco en el 2000 con el tablazo que dio. Su trabajo más reciente al momento de escribir estas líneas, "Intenso" (2001), sigue la misma fórmula del anterior, incluso la no muy simpática idea de grabar un tema en dos y hasta tres versiones distintas, como lo hizo con "Que Alguien Me Diga" y ahora con "Pueden Decir..." (ah pues bien, ya que puedo, lo dije: no me gusta esa maldita táctica de mercadeo, pero mientras funcione, ¿qué se puede hacer?). "Intenso" también recibe una nominación, esta vez para los Grammy tradicionales, perdiendo insólitamente ante un disco de Roberto Blades ("Encore") donde salvo ciertas excepciones, Roberto se dedicó meramente a reciclar por enésima vez su repertorio de los 80's con la vieja Orquesta Inmensidad ("Ya No Regreso," "Poquita Fe," "Lágrimas..."). Ah, la mafia, la mafia...

B) Y el gallo anda suelto... (perdona, sa'e...)

Mientras Gilberto, como vimos, se alejaba paulatinamente del elemento pueblo dentro de la salsa y, tras deshacer su orquesta, se adentra cada vez más en el pop, otro salsero que al igual que él empezó a desarrollarse en los 70's empieza a dejarse sentir. Tito Rojas, para finales de los 80's todavía cantante de la Puerto Rican Power, empezaba a ganar popularidad nuevamente con temas como "Quiéreme Tal Como Soy," "Noche De Bodas," "Solo Con Un Beso" y "Amar No Se Puede Apurar." En 1990 decide volver a probar suerte como solista, grabando el disco "Sensual" para MP Records. El disco arrasó gracias a temas como "Doble," "Me Voy O Me Quedo," "Ella Se Hizo Deseo," "Siempre Seré" y "Tormenta De Amor." Por fin, luego de casi dos décadas completas "moliendo vidrio con el pecho," Rojas saborea el éxito por cuenta propia. Repite la dosis en su segundo disco con MP, "Tito Rojas" (1992), con temas como "Condéname A Tu Amor," "Señora," "Porque Este Amor" y "A Ti Volveré." Integra de nuevo el elemento pueblerino que caracterizó en mejores años a la salsa a través del pegajoso tema "Nadie Es Eterno." El Gallo Salsero anda suelto de nuevo.

Su voz, sin embargo, comienza a desmejorar en esta etapa gracias al constante cigarrillo y el trago ocasional. Rojas es de los que, como Lavoe en sus mejores tiempos, cuando se baja de la tarima no se monta en una limosina con cristales ahumados y se aísla del mundo, sino que se queda y comparte con su público hasta altas horas de la noche. Eventualmente, al igual que Lavoe, termina paulatinamente convirtiéndose en victima de su propio carácter bohemio. Pero todavía no toca fondo y sigue grabando con regularidad. "A Mi Estilo," de 1993, trae temas como "Señora De Madrugada" y el pegajoso "Lo Que Te Queda," además de una suerte de auto-examen en el tema "He Chocado Con La Vida." Ya su orquesta empieza a definir un sonido propio. En 1995, y buscando darle un respiro en Puerto Rico a la carrera de Tito Gómez (veterano de orquestas como Ray Barretto y la Sonora Ponceña, de la cual casi es miembro fundador; para ese entonces ya radica en Colombia, donde formó parte del prestigioso Grupo Niche), MP decide unir a éste a dúo con su tocayo Rojas. Surge el disco "Recogiendo Frutos" de Gómez, el cual se vende bien en Puerto Rico gracias al tema "Déjala," cantado por ambos, y la osadía de Rojas en plasmar para la posteridad en ese mismo tema la otrora impublicable frase "Dale Pa' Bajo." La susodicha frase, en jerga pueblerina, tiene dos significados, dependiendo de quien la diga y bajo cual circunstancia: eliminar a alguien (tumbarlo, sacarlo de circulación... en el bajo mundo usualmente significa darle una paliza a alguien a manera de escarmiento o, en el peor de los casos, asesinar a alguien) o tener sexo con alguien. Así las cosas, no es de extrañar que el tema "Déjala," que en otras circunstancias hubiera pasado desapercibida por completo, cobrara notoriedad a raíz de esa frasesita, que al fin de cuentas pasa a ser una frase de uso común una vez pasado el shock de oírla en radio y convertirse en costumbre... A partir de este tema, Rojas mantiene a sus oyentes a la expectativa con cada disco nuevo que saca, a ver con que frase nueva llega. Un elemento original que, hasta ahora, le ha funcionado a las mil maravillas.

El director musical de la orquesta, el trombonista Sammy Torres, fallece trágicamente ese mismo año (1995), un golpe duro para Rojas y compañía. Rojas le dedica el tema "Amigo" a su memoria, el cual publica en el disco "Humildemente" de 1996 (uno de sus mejores, si no el mejor de todos en mi opinión). "Estoy De Tu Parte," el tema donde Rojas plasma su ya famoso "perdona, sa'e," es el palo del disco. El deterioro en la voz de Rojas se empieza a notar drásticamente en "Pa'l Pueblo" ('97). Y su tendencia ahora a dramatizar excesivamente sus líneas, ya sea raspando la voz o engolándola según el giro que le quiere dar a una canción en particular, no le favorece. Pero "El Gallo" tiene su fanaticada fiel. "Por Mujeres Como Tú" es su grito de guerra (y de despecho, en la tradición del "puro macho mexicano") en 1999, estampado en el disco "Alegrías Y Penas." El '99 fue un año duro para Rojas. Ese año fue invitado a participar en un tributo póstumo a Hector Lavoe, al cual llegó perdido, falto de coordinación y soneando pobre y desarticuladamente. Y fue abucheado sin piedad. A pesar de la mala fama que adquiere a raíz de esa presentación, sus discos siguen vendiendo como pan caliente. Rojas no tiene esa facilidad de expresión y mucho menos la soltura de un Santa Rosa o un Cano Estremera en el soneo (y nunca la ha tenido, para ser honestos... en ocasiones las rutinas de coros en sus presentaciones pueden parecer dolorosamente eternas), pero sabe manejar el elemento calle a su favor y de alguna manera hace que la masa se identifique. Rojas, ya recuperado de esa horrenda noche, se desquita con el tema "La Gente Dice," la cual publica en su disco "Rompiendo Noches," del 2000. Pasa el peor susto de su vida cuando una recaída de salud casi acaba con su existencia. Los doctores le leen la cartilla: aguanta el cigarrillo, el trago y lo otro también (y el mismo Rojas lo admite públicamente en entrevista desde su lecho de enfermo). Su más reciente disco al momento de escribir estas líneas, "Quiero Llegar A Casa" (2002, grabado antes de su quebranto de salud) arranca con el tema "Te Lo Pido Señor," visto por muchos como una suerte de plegaria personal a raíz de su reciente crisis. Chocó con la vida de nuevo, y esta vez por poco pierde el caso definitivamente. Todavía queda "Gallo" para buen tiempo... es solo cuestión de ver como enfrenta su vida y carrera luego de esta señal de detente.

C) Ritmo Mundo Musical: su ascenso y caída.

RMM comienza a consolidarse como sello discográfico en Nueva York con las buenas ventas que le producen sus primeros discos con Tito Nieves ("The Classic," con el hit "Sonámbulo," y "Yo Quiero Cantar," donde estrena el prácticamente natimuerto experimento de salsa in English con "I'll Always Love You"), Johnny Rivera ("Y Ahora de Verdad," de 1990 y con el éxito "Necesito Una Amiga"), Domingo Quiñones ("Domingo Es Mi Nombre," con el hit "Escalofrío") y José Alberto "El Canario" (quien en sus primeros discos mantiene la línea de las baladas fusiladas que ya había estrenado con el Noche Caliente, aunque comienza a cobrar interés cuando graba el sabroso tema "Discúlpeme Señora" en el disco "Llegó La Hora" de 1992). Buscando ahora hacer su entrada en Puerto Rico, RMM presenta en plan de solista a Tony Vega con el disco "Lo Mío Es Amor" (1990), el cual tuvo una respuesta aceptable. A éste le sigue "Yo Me Quedo" (1991). Vega entrega aquí un disco mixto: por un lado, en una movida similar a la de su ex-compañero Santa Rosa, mantiene el sabor bailable que heredó de Mr. Afinque en temas como "Nadie Te Mandó" y "Amor De Poco Tiempo," mientras por otro lado se estrena en la onda PG-13 con el tema "Yo Me Quedo" (otro de Milanés) y en especial con uno de los temas más morbosos que hayamos escuchado en la variante clasificada "X" de la salsa: "Tu Prenda Tendida:"

«(...) Porque tengo tu prenda tendida ahora en mi cuarto de tristeza... y con él es que seco las lágrimas que derramo por tu ausencia...

(...) con olor a tu piel durará solo hasta que vuelvas.»

Si me preguntan a mí, hay que estar bien enfermo o bien "empepa'o" para guardar un panty usado debajo de la almohada y secarse los ojos con él... pero esa fue la letra que le tocó cantar al Tony y así se publicó. Ante el éxito de Vega y las buenas ventas, el contrato se extiende (y, al igual que Santa Rosa, Vega se permite el lujo de grabar en el estudio con su propia orquesta, en la cual coinciden maestros como el veterano trompetista Angie "El Colorao" Machado, su colega Humberto Ramírez (ex-compañero de Vega en el bandón de Rosario y posteriormente director musical de Vega), y el virtuoso Edwin Clemente en el timbal, quien entra en sustitución de otro virtuoso, Charlie Sierra, timbalero oficial en los primeros años de la orquesta). Vega no es ningún novato y conoce sus virtudes y limitaciones. Siguen en sucesión discos como "Uno Mismo" (finales de 1991) y "Aparentemente" (1992), consolidándose con hits como "Dame Tiempo," "Uno Mismo," "Esa Mujer," "Aparentemente," "Esposa" y "¿Dónde Estás?" Pierde el bigote, pero mantiene la misma fórmula en "Si Me Miras A Los Ojos" (1994) y "Tony Vega" (1996), éste último nominado al Grammy. Pero lo inesperado ocurre cuando Vega, sintiendo un vacío en lo personal, termina aferrándose al pentecostalismo, sugiriendo esto obviamente un cambio de agenda: lo sexual (aunque afortunadamente Vega no explotó mucho esta onda luego de "Tu Prenda Tendida") y temas donde se glorifica el adulterio desaparecen del repertorio, aunque lo romántico no se va del todo. "Hoy Quiero Cantarte" (1998) comienza la transición, cuando intentan coexistir temas comerciales como "Si Tu Supieras" (balada originalmente grabada por el azteca Alejandro Fernández) y "Nunca La Culpa Es De Uno Solo" con temas religiosos como "Mi Iglesia," "Mi Nuevo Amor" y "Hoy Quiero Cantarte," y un excelentísimo medley en homenaje a Ismael Rivera. Se despide de RMM con "Hablando Del Amor" (2000).

Pero no a todo el mundo le aplica aquello de "lo que vende bien no se cambia" por tanto tiempo. La fórmula que Sergio George le recetó a Johnny Rivera en "Y Ahora de Verdad" funcionó de maravillas en los siguientes dos discos, "Encuentro Casual" (1992) y "Cuando Parará La Lluvia" (1993, este último ahora con Humberto Ramírez sustituyendo a George como productor y director musical). Todavía le queda algo de frescura en "Déjame Intentarlo" ('94, en cuya carátula acompaña a Johnny no cualquier modelito de las muchas que abundan ahora, sino su propia esposa). Pero ya el mismo montunito llorón empieza a sonar monótono en "Paisajes" ('96). El trompetista y arreglista Angel Fernández (veterano de la orquesta de Ray Barretto en los 80's y uno de los productores mejor cotizados actualmente en Nueva York) llega en su auxilio para "Un Estilo Propio" ('98), pero ya es demasiado tarde (se desperdicia aquí una nueva versión de "Cristo de Los Milagros"). Pese a todo, a Johnny nunca le falta trabajo: Sergio George y Ramón Rodríguez (su ex-jefe en el Conjunto Clásico) lo prefieren en sus producciones a la hora de cuadrar los coros. Después de todo, sigue siendo una de las voces más limpias que han pasado por el género en los últimos años.

A José Alberto "El Canario" no siempre le cuajó lo romántico (discos como "Sueño Contigo," "Dance With Me" y "Mis Amores" pasaron con más pena que gloria), por lo que Sergio George supo sacarlo del bote a tiempo creándole un sonido más agresivo en "Llegó La Hora," álbum que el propio José Alberto co-produce. A partir de ahí El Canario de Santo Domingo nada entre ambas aguas (lo romántico y lo bailable) tratando de armonizar los dos mundos con su maña y veteranía, aunque la onda romántica le sigue sonando forzada en la mayoría de sus discos. Tito Nieves corre mucha mejor suerte en ese empeño, aplicándole George la misma fórmula, aunque sin el saxofón barítono. La otrora voz fundadora del Conjunto Clásico se abre paso como solista con éxitos como "Sonámbulo," "De Mí Enamórate," "Manía," "Lo Que Son Las Cosas," "Amores Como Tú" y "No Me Vuelvo A Enamorar." Ante el éxito inesperado de Nieves cantando en inglés en "I'll Always Love You," insiste en incluir al menos un tema en el idioma de Monica Lewinsky en todos sus discos. Pero el palo de Nieves se da casi por accidente cuando graba en 1997 el sencillo "I Like It Like That" (el mismo que pegara su creador Pete Rodríguez (el pianista, no lo confundan con El Conde) en la era del boogaloo de los 60's) con un grupo en la onda freestyle que se hace llamar los Latin All-Stars. RMM, aprovechando que Nieves está bajo contrato, se apodera del sencillo y otros temas, incluyéndolos en un disco titulado "I Like It Like That." Para cuadrar el disco, RMM lo redondea reciclando varios de los temas que ya grabara Nieves anteriormente en la onda del English sauce.

Domingo Quiñones, por otro lado, se mantiene de lleno en lo romántico, aunque no descuida lo bailable en su música. Su primer éxito grande como solista aparece en el disco "En La Intimidad" de 1993, donde graba un bolero en montuno que posiblemente los ejecutivos lo veían como el relleno del disco pero impactó al público: "Cuando Se Necesitan Más." Pero en medio de la fama repentina Domingo sucumbe ante el vicio al igual que Frankie Ruiz. Una larga pausa discográfica sirve de fondo a este período donde Domingo, tras tocar fondo inevitablemente, encuentra apoyo en La Segunda Persona de la Santísima Trinidad (Jesús Cristo), rompiendo en frío con su adicción a las drogas. Regresa cambiado en "Mi Meta" (1996), comercialmente su mejor disco, donde reencuentra su fórmula ganadora en temas como "Tú Cómo Estás," "Chica Romántica," "Lo Reconozco" y "Si Tu Te Vas," rescatando la línea social que ya probó con éxito en su disco anterior en "La Muerte Duele Igual Cuando Es Por SIDA" (continuación de "Cuando Se Necesitan Más") y "Supérate" (donde invita a su ex-patrono Luis "Perico" Ortiz). Redondea el disco, a manera de testimonio de su conversión al Evangelio, con temas como "El Poder de Tu Amor" y "El Me Escuchó." Repite la misma dosis en "Se Necesita Un Milagro" (1997), donde el palo comercial lo fue "No Voy A Dejarte Ir." Quiñones, luego de interpretar con relativo éxito a Hector Lavoe en la obra "Quién Mató a Hector Lavoe?" y grabar un disco navideño ("La Verdadera Navidad," dedicado a Willie Colón), se juega una maroma arriesgada en el último disco que le conocemos: "Poeta y Guerrero" (2001), su disco más completo hasta la fecha... y el menos comercial. Aquí se va de lleno por la línea social, a lo Rubén Blades. Muy pocos han tratado esa ruta y los que se arriesgaron hasta ahora, entre ellos el mismo Omar Alfanno (el compositor de moda en la salsa hoy día), se han ponchado desastrosamente. Pero Quiñones, al menos discográficamente, sale bien del intento (aunque he notado que el público se mantiene terriblemente frío cuando Domingo toca las canciones de este disco en sus presentaciones). Se habló de parear a Colón con Domingo en un disco a lo "Siembra," pero la idea se cae momentáneamente al no ponerse de acuerdo en lo económico. RMM nunca invoca la palabra mágica para que Colón de el salto ("la gallina vale 20 kilos," dice el legendario trombonista, hoy prácticamente retirado del disco). Sé de muchos que desean que este dúo se concrete en un futuro... pero hasta ahora se ve difícil.

En momentos en que los principales artistas del sello ya empiezan a vender aceptablemente, Ralph Mercado decide expandir el sello y reclutar nuevos artistas. Se toma un riesgo con dos talentos nuevos que nunca habían enfrentado la salsa y, en honor a la verdad, no tenían la más tecata idea de cómo afrontarla aún siendo boricuas nacidos en Nueva York. La generación de Nuyoricans a la que pertenecen India y Marc Anthony, contrario a la de generaciones anteriores como las que gestaron la salsa a mediados de los 60's, ahora nacen perfectamente asimilados a la cultura norteamericana, muchos de ellos inclusive desconociendo por completo su cultura y el idioma español. Ambos provienen de la escena del freestyle, ambos poseen potencia en sus voces y ambos tienen un padrino en común: el afamado DJ Little Louie Vega, mitad del igualmente afamado dúo Masters At Work (MAW, artífices del genial disco "Nuyorican Soul" donde fusionan el funk, el R&B y el Latin Jazz de la mano de figuras como Tito Puente, Eddie Palmieri, George Benson, Hilton Ruiz, David Sánchez, Marc Quiñones y Dave Valentin) y, en ese entonces, esposo de India. Vega lleva de la mano a Marc Anthony a su primera grabación (donde participan como invitados Puente y Palmieri), mientras que India, como parte del clan MAW, conoce la calle, ya tenía su público y sabía como manejarlo.

Surge la idea de probar a India en la salsa, pero el único roce (y bastante superficial) de ésta con el género lo es el tema "La India Con Lavoe," un éxito de discoteca del MAW cantado por India y donde se "samplea" el tema "Mi Gente" de Hector Lavoe con la Fania All-Stars. ["Samplear," en jerga de DJ, es literalmente tomar una parte en específico de una canción y utilizarla integralmente en un remix o en otro tema nuevo. Viene del inglés sampling.] Vega sugiere parear a su protegida con el maestro Palmieri, pero éste y India no se conocen entre sí y cuando finalmente lo hacen no se lleven muy buena impresión uno del otro. Un amigo de Vega, Tom Del Mastro, convence a Palmieri y le invoca la palabra mágica ($$$). RMM firma a India y nace el proyecto "Llegó La India... Vía Eddie Palmieri." El legendario Pete "El Conde" Rodríguez (recientemente fallecido), avala el proyecto cuadrando los coros y tocando percusión menor. Las ventas fueron aceptables y los seguidores a muerte de Palmieri apoyaron el disco, aunque India tuvo que fajarse para ganarse al público: era una audiencia muy distinta a la que ella acostumbraba y, para colmo, India no dominaba el español (yo fui testigo del debut de India en Puerto Rico con Palmieri y se notaba perdida entonces... apenas podía expresarse en tarima entre número y número). Dos jueyes machos no caben en una misma cueva... y los carácteres de India y Palmieri chocan en más de una ocasión. India de repente sorprende al anunciar que se va de la orquesta de Palmieri y va a probar suerte como solista. Los que la vieron en sus primeras presentaciones con Palmieri no le auguran mucho éxito: no conoce el género, esta muy cruda todavía y no tiene idea de lo que quiere hacer. La dan por loca, pero ella no se rinde. Ralph Mercado la parea con Sergio George, quien la re-inventa para su debut como solista: "Dicen Que Soy." Tito Nieves avala el proyecto, aportando su voz al tema "No Me Conviene." El proyecto es dedicado por entero a la salsa romántica, sonando mucho en la radio los temas "Ese Hombre" (grabado originalmente por la españolísima Lolita Flores), "Nunca Voy a Olvidarte" (lo grabó primero el hijo de Verónica, el azul...), "O Ella O Yo" (tema original de María Conchita Alonso), y el tema que titula el disco. "Dicen Que Soy" fue un éxito en ventas e India empieza a ganar confianza en sí misma como intérprete de salsa (ojo, no dije salsera). Todavía no sonea con la fluidez de una salsera curtida como Celia Cruz o Yolanda Rivera y puede que nunca lo logre (no es tan fácil para alguien cuyo idioma en el cual piensa no es el español... pregúntenle a Nora, la de la Orquesta de La Luz), pero India sigue ahí...

Sin embargo, en lo que se puede catalogar como una doble vara a la hora de medir el desempeño de un cantante de acuerdo a su sexo, a India la atacan sin piedad por su tendencia a ganar peso. En esta era, donde a los que aspiran a ser cantantes ahora primero se le pide una foto antes de pedirle un demo, se discrimina contra la gente obesa, y muy en especial contra la mujer obesa. (Pregúntenle a Yannet Sol...) Pero a India eso le tiene sin cuidado por el momento. Su voz es su mejor arma y sabe utilizarla muy bien. [Recientemente, sin embargo, hemos visto a la India en televisión y ha rebajado considerablemente de peso. Aparentemente todos estos años escuchando de lejos el alentador "coño, tan bien que canta," seguido del insoportable "...pero si no fuera tan gorda," así como la de maromas para disimular en las sesiones de fotos de discos esas libritas de más que nunca se le achacan tanto al varón, terminaron haciendo mella.] Tito Puente la pone a prueba como cantante de jazz en "Jazzin'" (1996), pareándola con su propia orquesta y con la legendaria Count Basie Orchestra. Pasa la prueba con creces y hasta la prestigiosa revista especializada JazzTimes alaba el proyecto. Pero la radio no sabe que hacer con él y muere rápidamente (hello, ¿quién les dijo que esto era un disco de salsa?). Se reúne de nuevo con MAW para "Nuyorican Soul" en 1997, proyecto laureado por revistas como Vibes y Musik y por los que saben del dance, pero que lamentablemente no tiene continuación. Tiene que esperar varios años para grabar salsa de nuevo, pero ya para este entonces Sergio George no tiene nada que ver con RMM. Isidro Infante es el bateador... em, perdón, productor designado. Surge "Sobre el Fuego" (1998), donde Infante trata de copiar al calco el sonido George. No es lo mismo con conga que con plenera... pero el disco le vale una nominación al Grammy. India desea hacer un homenaje a La Lupe (ya el fantasma de la recordada "Yiyiyi" rondaba sus predios desde que Puente le entrega el tema "Fever," antes interpretado por la legendaria cubana del "diablo en el cuerpo," para grabarlo en "Jazzin'"), pero RMM le corta el vuelo cuando le prohíbe utilizar temas compuestos por Tite Curet Alonso ("La Tirana," Puro Teatro..."). La salsa de escritorio en acción, señores. Logra, sin embargo, colar versiones nuevas de "Que Te Pedí" y "Si Vuelves Tú" en el disco "Sola" de 1999. "Sola" también es nominado al Grammy... y gana en Billboard.

En cuanto a Marc Anthony, todo comienza para él en la salsa con un experimento de bajo presupuesto titulado "Otra Nota" (1993). Inesperadamente, el disco gustó y temas como "Si Tu No Te Fueras," "Hasta Que te Conocí," "El Ultimo Beso," "Palabras del Alma" y "Necesito Amarte" entraron como Pedro por su casa a las emisoras de radio. Ya empiezan a lloverle los elogios a Sergio George por esta producción y otras disqueras ya empiezan a vigilarlo. Marc y Sergio dan con la fórmula definitiva en el segundo disco (el mejor de Marc, en mi opinión): "Todo A Su Tiempo" (1995), arrasando en la radio con el sencillo "Te Conozco Bien." También se escuchan "Hasta Ayer" (Lewis Kahn, legendario trombonista de la Fania All-Stars y de Larry Harlow, es quien ejecuta el solo de violín aquí), "Nadie Como Ella" (aquí Sergio reta a Marc con la salsa agresiva, y el cantante se defiende como mejor puede...), "Se Me Sigue Olvidando" (originalmente grabado por José Feliciano, el mismo de "Light My Fire"), "Te Amare" y "Llegaste A Mi." Una voz que dará mucho que hablar luego se asoma en los coros de esta grabación: Huey Dunbar (y el dúo dinámico de Marc Quiñones y Bobby Allende le dan sazón al proyecto en el timbal y la conga, respectivamente). Ante la salida de George del sello, llaman al muy bien cotizado Cucco Peña para que tome las riendas del tercer disco, "Contra La Corriente" (1999 y ganador del Grammy ese año). Contrario a los anteriores, este disco se graba en Puerto Rico con un trabuco local: Charlie Sierra en timbales y bongó, William Thompson en la conga, el maestro Mariano Morales en el violín, Luis Aquino y Angie Machado en las trompetas, y Wichie Camacho en los coros, entre otros.

El último de los nuevos pinos en llegar al sello lo es un joven coquipela'o que venía apadrinado por Domingo Quiñones: Michael Stuart. De primera intención, la carátula del disco con el cual debuta, "Cuentos De La Vecindad" (1996) no decía mucho: otro chamaquito nuevo con pinta de rapero (a lo DLG) tratando de colarse. Pero las apariencias engañan y tras la imagen encontramos a alguien que, bien encaminado, promete: conoce la clave, es bueno improvisando y no le rehuye al espectáculo (lo he visto fajarse con El Canario, con el propio Domingo y hasta con la Fania All-Stars, cuando Ralph Mercado lo coló en tarima para el "Quítate Tú..." y se defiende muy bien contra los veteranos). Impresiona con el tema "Gitana" (el cual le compone Domingo) y pega "Amor A Primera Vista," "Imaginando Tu Amor" y "Sueño," temas donde coexisten lo romántico y lo social. Repite la dosis en "Retratos" (1998) con "Hasta Cuando," "Niña Bella" y "Destino." Lamentablemente, le aguan un poco el estilo para "Súbele El Volumen" (2000) y los resultados fueron más modestos. Con Marc Anthony fuera, aparentemente querían ahora ponerlo a competir directamente con el desertor... lo cual es no es buena idea; Michael tiene demasiado talento para reducirse a ser otro clon más del esposo de la ex Miss Universe. [Vamos a ver lo que trae este año...]

Como ven, hasta este punto, RMM tenía suficiente material como para sobrevivir la invasión de las multinacionales. [Todavía queda mucho por mencionar en RMM, pero el espacio es poco para mencionarlos a todos, amén de que nos desviaríamos del tema, así que vamos a acelerar un poco la trama.] Pero al hombre del mamoncillo (Mercado) le esperan tiempos difíciles. Primero, el artífice musical del sello, Sergio George, se va con WEA. Luego se le llena el cuarto de agua cuando la gallinita de los huevos de oro, Marc Anthony, molesto por no poder renegociar su contrato (seguía atado a la compañía por la misma cantidad bajo la cual firmó cuando no era nadie), amenaza con irse. Empieza el forcejeo entre Ralph Mercado y el cantante cuyo verdadero nombre es el mismo del otrora legendario y queridísimo artista mexicano Marco Antonio Muñiz. Gana Marc por la vía legal y se va con Sony. India trata de hacer lo mismo, pero a ella todavía le queda un disco con RMM y se le encaja la pistola en el intento. Su carrera, al momento de escribir estas líneas, es una incógnita y el disco que aún le debe a RMM, que ahora saldrá bajo Universal, sigue pendiente... (El tiempo corre y la India lo sabe... no puede darse el lujo de seguir inactiva so pena de que la gente se olvide de ella).

Pero el puntillazo final se da cuando RMM recibe una demanda millonaria del cantautor Glenn Monroig. Resulta que a su composición "Yo Soy," la cual le graban Cheo Feliciano y Gilberto Santa Rosa en el disco "Cantando" (1991) le alteraron la letra en el estudio de grabación. Complicándose aún más el asunto cuando Mercado incluye esta misma canción en la banda sonora del afamado documental "Yo Soy Del Son A La Salsa" (1997) sin el consentimiento de Monroig. Monroig gana el caso y RMM está obligado a pagarle $8 millones. Mercado opta por declararse en quiebra y desmantelar el sello... El catálogo de artistas queda ahora en el limbo hasta que Universal lo adquiere. Los artistas que aún están bajo contrato con el ahora difunto sello (el propio Cheo, India, Domingo, Michael Stuart y otros...) ahora pasan a la multinacional. Pero no crean que este es el fin del señor que "cuando baila el son montuno ("y a la hora de pagar," también dijo Pacheco en una ocasión también con la Fania) se le caen los calzoncillos." Zorro viejo al fin, Ralph Mercado debe tener algo guisándose en la olla y, por el momento, solo sus allegados saben... No por nada le dicen el Don King de la salsa...

...y se institucionaliza la salsa de escritorio.

Si hay un efecto negativo que trajo consigo la salsa erótica fue la mecanización, en el sentido más literal de la palabra, del género salsero y la manera en que la radio lo promociona. Salvo muy pocos casos, ya no hay tal cosa como identidad sonora: si todo el mundo usa los mismos arreglistas y los mismos músicos de estudio en sus grabaciones, es lógico que todos suenen parecidos. Y contrario a la norma en la era de Fania, donde Jerry Masucci, a pesar de todo lo malo que con razón se dijo y se sigue diciendo, le daba libre albedrío a sus artistas para grabar lo que querían, ahora la última palabra la tienen los ejecutivos y/o el encargado de turno en A&R, nunca el artista como tal. Ya vimos el caso de Gilberto cuando creyó tener control sobre lo que quiere y debe grabar en Sony. Y el caso de la India en RMM cuando quiso hacerle un homenaje a La Lupe. Veamos ahora como el caso se repite en Luis Enrique, irónicamente quien inicia la modalidad de los "modelos" que cantan en la salsa, pero en la peor de sus extensiones.

El éxito de su segundo disco, "Amor Y Alegría" (1988), se repite a mayor escala con el disco "Mi Mundo," de 1989, donde pegaron los temas "Lo Que Pasó Entre Tú y Yo Pasó" y "San Juan Sin Ti." Luis Enrique no es arreglista, pero tiene estudios en música (domina varios instrumentos, como ya adelantáramos en la primera parte) y ya tiene una idea del sonido que quiere para su orquesta. Pero no acaba de entender que la industria ya no ve al artista como artista, sino como un producto. Y empiezan los roces ya para el momento en que graba "Luces Del Alma" (1990), disco donde Enrique se adelanta al sonido que luego patentiza Sergio George con Marc Anthony, India y DLG en temas como "Chica de Algún Lado," "Y Pensar" y "Date Un Chance," aunque aquí con mucho más de pop que de R&B. A partir de su primer greatest hits, "Luis Enrique En Vivo" (1992, grabado en vivo en el Universal Amphitheater), el resto de la discografía de éste para Sony muere prácticamente meses luego de salir al mercado. Enrique busca zafarse del contrato y que Sony le de el release, pero la disquera lo obliga a firmar una cláusula extraña para liberarlo: no puede grabar un disco de salsa hasta dentro de 5 años. [Algo así como cuando un mafioso te dice "OK, te voy a perdonar la vida, pero tú no sales caminando de aquí" y acto seguido te parte una pierna. Pregúntenle a cierto ex-bongocero de Palmieri al que casi le castran el oficio (le fracturan las muñecas) por una deuda...] Enrique tiene su ego y firma, seguro de que puede triunfar en el pop o hasta en la balada. Hmm... No se ha vuelto a escuchar en la radio con la frecuencia que lo hacía en 1989... Y para colmo se dispara él mismo en el pie cuando el staff de promociones de WEA (su nueva disquera) le prepara una errada campaña en Puerto Rico a base de poner por el piso a la competencia, lo que provocó que su esperado regreso a la salsa en "Evolución" (2000) pasara sin que nadie se enterara por estos lares... a pesar de su nominación al Grammy.

El impacto de Luis Enrique, como ya adelantáramos, trae como consecuencia nefasta para la salsa el trasiego de modelitos de revista y de personajes que no lograron calar en otros géneros como la balada y el rock. Ya para 1990, cuando las multinacionales ya monopolizan el género, lo empiezan a manejar como manejan el pop norteamericano: a través de reuniones de ejecutivos y muestras de sondeo, creando "artistas de moda" que, como es de esperarse, mueren tan pronto dicha "moda" deja de serlo. Claro, una vez el estereotipo del cantante ideal comienza peligrosamente a convertirse en norma para efectos de la industria que rige la salsa comercial hoy día, los soneros tradicionales, e inclusive los que originaron la onda romántica en los 80's, son forzados a un segundo plano. Un ejemplo obvio lo es Ray De La Paz, el mismo que casi parió el embeleco junto a Louie Ramírez. Digamos que la imagen de ejecutivo de banco que siempre ha proyectado De La Paz, de repente, era incompatible con los nuevos estándares. Y ni hablar de cantantes de tez oscura: se jodió Trina Medina desde el arranque (una de las mejores voces que ha dado la salsa y que, lamentablemente, la industria ignoró descaradamente) y se jodieron Cheo Feliciano, Luigi Texidor y Pete "El Conde" Rodríguez, por mencionar solo a tres varones. (...y Michael Stuart se tuvo que rapar el melón, por aquello de que el mal llamado "pelo malo" ahora dizque no luce bien en televisión... total, de Michael Jordan para acá los negros calvos o afeitados al rape ahora estamos de moda... pregúntenle a Oscar D'León...) Bienvenidos a la era del M-TV en la salsa y que venga el Clorox, que ahora hay que vestirse de blanco. A continuación citaremos los que, a mi entender, son los tres casos más relevantes en esta trama de "galanes blanquitos." Como ellos hay muchos más, pero no solo es imposible mencionarlos a todos en este espacio, sino que la gran mayoría de estos ni merecen ser mencionados de todos modos.

El más notorio de estos casos, y merece su mención solo por lo particular de su caso, lo es Jerry Rivera. Hijo de un experimentado cantante de tríos en Puerto Rico, Jerry y sus dos hermanos heredan su vena musical hasta cierto grado. De alguna manera el patriarca del clan Rivera, quien tiene unas muy buenas conexiones, hace que Sony se interese en el niño. Surge el disco "Empezando A Vivir," con el cual no ocurre nada: la voz del pequeño Jerry es francamente insoportable en este debut. Con el segundo disco, "Abriendo Puertas" (1990), comienza a hacerse notar. Le montan arreglos aceptables y un trabuco de ensueño en el estudio: Giovanni Hidalgo, Roberto Roena, Tito de Gracia... El único problema lo es el cantante principal: su voz sigue siendo insoportable y no tiene ingenio alguno para el soneo, así que le escriben los soneos y él solo los recita al momento de grabar (una práctica, que lamentablemente, se hace común hoy día con muchos de los nuevos talentos que surgen a partir de Jerry). Pero se ha invertido demasiado money en el chico y hay que recuperar la inversión. Se le crea una de las campañas más agresivas que jamás se hayan visto en el género. Y da resultado: las quinceañeras que compran por vanes los discos del artista pop del momento que se escucha en la radio enloquecen por este nuevo intérprete, cuyo estilo y música precisamente va dirigida hacia ese mercado. De repente, Jerry Rivera está en moda, aún cuando el hombre apenas canta y sus presentaciones en tarima se hacen kilométricas ante el hecho de que Jerry no sonea (¿cómo va a sonear, si a él le escriben los soneos en el estudio?), no improvisa, no baila y mucho menos tiene ese don de saber manejar al público. Pero el chico es apuesto y su fanaticada, de edad escolar en su mayoría, delira de solo verlo (estilo Menudo en sus tiempos y ahora MDO). Si algo se le puede destacar en definitiva a Jerry es algo que ni remotamente tiene que ver con lo estrictamente musical: Jerry atrae a los adolescentes, hasta este entonces ensimismados en la radio Top 40 y lo que allí se payolea (por lo menos me baso para este análisis en el caso puertorriqueño, donde los radio-oyentes de edad escolar por lo general tienden hacia el pop y el rock... y el rap en estos días), hacia la salsa. Resumiendo: para muchos de estos chamaquitos que, a lo Cristóbal Colón, ahora "descubrían" algo que ya existía desde mucho antes que ellos tuvieran uso de razón, Jerry Rivera fue su introducción formal a la salsa. Y hasta ahí su importancia, para efectos de este género. Claro, el efecto payola en mercados importantes como Puerto Rico y las ciudades con mayor presencia latina en Estados Unidos (NY, Miami, Chicago, Orlando, San Francisco) hacen que otras orquestas realmente talentosas que surgen dirigidas hacia este mercado, como los venezolanos de la Adolescent's Orquesta, pasen desapercibidas. De estos muchachos haber tenido la difusión que merecían, atrocidades como los Salsa Kids y Servando & Florentino jamás hubieran sido posibles. Y probablemente los hermanos de Jerry Rivera se hubieran dedicado a otra cosa que no fuera la música, por el bien del género salsero... y por el bien de la música en general, si quieren saber mi opinión.

En esa misma onda de "mamitos" (¿se acuerdan de aquel viejo tema de los Dandys?) aparece el cubano Rey Ruiz, otro de los experimentos que lanza Sony en los 90's. Se dice que antes de llegar a Miami vía "la Gran Regata de Mariel" en los 80's ya tenía cierta experiencia como cantante detrás de la Cortina de Caña (término inventado por el incorregible Luis Tamargo de la revista Latin Beat para referirse a la Cuba bajo el régimen actual), pero nunca se confirmó esto con pruebas. Contrario al caso de Jerry, sin embargo, este otro Ruiz sí tiene buena voz y sabe proyectarla bien, mas tiene lo suyo en el soneo. Pero Sony, lejos de explotar el potencial en su voz, concentra su campaña en su físico y le crean un repertorio convencional, según los estándares que ya dictaba la industria entonces. Surge entonces el disco donde debuta en 1992, el cual lleva como título su propio nombre. Temas como "No Me Acostumbro," "Si Me Das Un Beso" y "Amiga" encuentran cabida en la radio y la audiencia femenina acoge al cubano cálidamente, convirtiéndolo en moda. Pero, al igual que el caso de Johnny Rivera en RMM, a Ruiz se le acaba la gasolina antes de lo usual cuando el mismo "montunito llorón" al cual lo encasillan desde el arranque empieza a sonar odioso.

Todavía quedaba algo de frescura en "Mi Media Mitad," de 1994 y disco que le mereció a Ruiz la difícil encomienda de ser el acto de apertura del reencuentro de la Fania All-Stars ese mismo año, prueba de la que salió relativamente airoso ante un público exigente y que conoce de la buena salsa, no el tradicional Top 40 que acoge todo lo que le payoleen en radio. Pero para cuando sale "En Cuerpo Y Alma" (1995), el perfume ya estaba agotándose. Toda moda es temporera y lo que se hace en función de ella, por definición, también lo es. Extingue Ruiz su contrato con Sony e intenta sin éxito (por aquello de que los cubanos se distinguen por pensar en grande) abrirse paso con su propio sello disquero. Sucio difícil. Participaciones en discos como "Hot House" con el big band de Arturo Sandoval (1998, galardonado con un Grammy y donde también participan los invitados Tito Puente y Michael Brecker, entre otros) sugieren que Ruiz es capaz de mucho más que el pastiche rosa de siempre. Pero para eso habrá que seguir esperando: su más reciente disco hasta la fecha, "Fenomenal," del 2000 y bajo Universal Records, no solo lo trae de vuelta al mismo pastiche rosa, sino que ahora en temas como "Muévelo" lo regionalizan al encasillarlo en el dichoso sonido Miami, a lo Estefan. Este último disco, de hecho y contrario a los demás, se grabó en Miami (no en Puerto Rico) con un equipo local: Richard Bravo, quien le hace honor a su apellido en la percusión (toca con Richie Ray), el boricua Sammy "Timbalón" Pagán (el mismo que sustituyó a Jimmy Delgado en la orquesta de Luis " Perico" Ortiz en los 80's) y el guitarrista cubano René Luis Toledo, entre otros.

En Puerto Rico un caso similar al de Rey Ruiz se da con Víctor Manuelle. Apadrinado por Gilberto Santa Rosa, quien una vez lo trepó a la tarima a fajarse con él y luego lo escucha sonear con la banda de Don Perignón (Pedro Cortijo Morales, ex director musical de Andy Montañez y genio creador de la Orq. Puertorriqueña), llega a Sony de la mano de éste. Con los dos primeros discos, "Justo A Tiempo" (1993) y "Solo Contigo" (1994) no pasa mucho. A Víctor le dan el mismo tratamiento que a Rey Ruiz y lo encajonan en el montunito llorón de siempre. Pero para el tercer disco, "Víctor Manuelle" (1996), Sony le encomienda el proyecto a Sergio George, quien ahora es independiente y no está atado a RMM. Sergio descubre el potencial de Víctor en el soneo y decide explotarlo, dando con la fórmula ganadora. En esta grabación solo acompaña a Víctor el timbalero Chago Martínez (el mismo de las sesiones de TH-Rodven), quien ahora toca en carácter de exclusividad con él y es su director musical, mientras Sergio redondea el equipo con su propia tribu: Marc Quiñones, Luisito Quintero, Johnny Rivera, Huey Dunbar y Rubén Rodríguez, entre otros. De este tercer disco, todavía el mejor de Víctor en su carrera y por amplio margen, pegan casi todos los temas, especialmente "Como Una Estrella," "Pensamiento Y Palabra" (original de Wilkins), "Volverás" y "Hay Que Poner El Alma." Irónicamente, el mejor tema del disco, salsosamente hablando, es precisamente el único que jamás pasó por la radio: "Ahora Me Toca A Mí," rabiosa descarga donde un retador Víctor Manuelle demuestra que tiene cría y que no es meramente otro cara bonita más (aquí un invitado Jimmy Bosch suelta su trombón furioso mientras el equipo rítmico de George se destaca a sus anchas). Pero esta feliz experiencia no se repite del todo.

El disco que le sigue, "A Pesar de Todo" (1997), es uno incompleto. Sergio George es el productor nuevamente, pero esta vez el elenco de grabación es diferente: el equipo rítmico sigue siendo Chago Martínez más los caballos de George: Rubén en el bajo, el propio George en el piano y ahora Robert Vilera y el veteranísimo virtuoso Papo Pepín en la percusión. Pero los vientos son de Puerto Rico: Toñito Vázquez en el trombón, Sammy Vélez en el sax barítono y los trompetistas Angie "El Colorao" Machado, Vicente "Cusi" Castillo y Carlos Martínez Jr. A pesar de todo, parodiando el título del disco, tan solo logran completar siete canciones (aparentemente hubo problemas tras bastidores), optándose entonces por redondear el disco con un remix de éxitos de los discos anteriores de Víctor, lo que le restó seriedad al proyecto. Aún así, el disco vendió tan bien como el anterior, gracias a temas como "El Aguila," "Le Haré Feliz," "No Hace Falta Nada," "Así Es La Mujer" y "Dile A Ella." George y Víctor ahora toman rumbos distintos y entra a bordo para el próximo disco uno de los arquitectos principales de la salsa monga: Ramón Sánchez. En "Ironías," Sánchez copia al calco la fórmula de George, repitiendo prácticamente a todo el elenco del disco anterior excepto el propio George. Pero ya la cosa empieza a sentirse monótona y el disco no vendió como los anteriores. Y la gente de Sony y el mismo Víctor se empiezan a dar cuenta. En "Inconfundible" (1999), Sony repite de nuevo a Sánchez, pero buscando darle un boost (empuje) a Víctor convencen a George para que se encargue de dos temas, precisamente los primeros en promocionarse: "Pero Dile" y "Como Duele." Pero ya era tarde. El disco no pasó desapercibido (la idea de incluir videos y música en un mismo CD, una novedad en la salsa, se estrena aquí y la curiosidad ente el público ayudó a su venta), pero la música que en él se incluyó no tuvo la misma resonancia de antaño. Aparentemente, los problemas personales de Víctor comenzaron a empañar su imagen, al punto que eran más los titulares que ocupaban sus líos de faldas que sus triunfos en la música. Y lo que es peor, aparentemente siguiendo instrucciones de sus manejadores y la disquera (recuerden que impera ahora la salsa de escritorio), Víctor bajó sus pretensiones y bajó el ritmo de sus soneos casi a un mínimo, confiándose ahora solo en su imagen. Lo que hace que los salseros de la mata, que le abrieron las puertas de par en par en un principio precisamente por su soneo coherente y agresivo, empiecen a darlo por perdido. Aunque parece dar muestras de querer volver hacia el soneo agresivo que le conocimos en sus principios en "Instinto Y Deseo" (2001), el último disco que le conocemos al momento de escribir estas líneas. Aunque el disco parece no arrancar del todo en cuanto a ventas se refiere (sugiriendo esto que el pote de perfume de Víctor ya necesita de un refill), la presencia de Bobby Valentin arreglando (y tocando el bajo y dirigiendo la orquesta en uno de los temas) y los coros de Luisito Carrión, Johnny Rivera, Ramón Rodríguez y el propio Gilberto Santa Rosa hacen que el disco dé de qué hablar.

Conclusión: El impredecible futuro de la salsa...

La impresión que da la manera en que se mueve el mercado salsero en estos momentos, a mi entender, es la siguiente: la industria (entiéndase por esto las disqueras y los que allí mandan y van) y la masa salsera van por caminos opuestos. Y me explico: el éxito en taquilla de los recientes duelos de soneros (como el primero entre Cano Estremera y Domingo Quiñones), re-encuentros salseros y aniversarios de orquestas como la Sonora Ponceña, Bobby Valentin, La Mulenze y Willie Rosario, así como eventos como el ya tradicional Día Nacional De La Salsa en Puerto Rico (que se celebra todos los tercer domingos de Marzo) dan la esperanzadora impresión de que el salsero promedio quiere y exige que la salsa vuelva a sus raíces (sin que esto implique necesariamente volver a los 70's literalmente, sino rescatar ese sabor que en ese entonces era obligado y se ha ido perdiendo). El hecho de que países como Colombia hayan mantenido la salsa bailable en el nivel de calidad que exige el salsero de la mata, gracias a personalidades como Diego Galé, Alfredo de La Fe y Jairo y su Grupo Niche (aunque por razones no muy claras su música rara vez se escuche de este otro lado del caribe), también contribuyen a un nivel de sobrada importancia. Pero la industria ya lleva demasiado tiempo como con la sartén agarrada por el mango como para quererla soltar ahora, así que ellos allá siguen pariendo salsa monga (y obligando a varios de los mejores exponentes del género a seguir esa línea para sobrevivir) y siguen creando caras bonitas o, en el peor de los casos, clones descarados del artista que más vende (en estos momentos, Marc Anthony). El problema es que, mientras esos otros discos se sigan vendiendo, aunque sea entre la masa Top 40 payolera y no entre los salseros de verdad, la industria y la salsa, así a secas, seguirán por caminos paralelos.

Ah, pero hay algo más que no puedo dejar de mencionar. No le quitemos el ojo de encima a artistas que, ya encumbrados, pretenden cambiar a su manera el curso de la salsa como la conocemos en la peor de las formas. Noten, por citar el ejemplo más obvio, el de Marc Anthony. Marc llegó a lo que aspiró: salió de un contrato abusivo con RMM y Sony, dado el poder de convocatoria que éste indudablemente tiene (no podemos negarlo), le abre las puertas de par en par, dándole libertad absoluta para hacer lo que desee (solo a Rubén Blades le han dado un trato similar en estos tiempos). Pero Marc nunca ha conocido a fondo las raíces del género y parece nunca haberle importado de todos modos. El éxito, si se puede llamar así, de su disco en inglés (el cual le abrió finalmente las ansiadas puertas del mercado gringo) lo ha ensimismado. Pero lo peor del caso es cuando éste pretende traer por los pelos hacia la salsa un antipático patrón de conducta que ya es normal entre los artistas pop del otro lado del charco (los que hablan en el idioma de Monica Lewinsky): intentar acaparar créditos como co-compositor y hasta como co-arreglista por, literalmente, añadir algo de cosmética a la canción original. En el caso específico de Marc, añadir rutinas de soneos y una que otra moña de boca a las canciones que se grabaron para su más reciente disco hasta la fecha, "Libre." Pero no todo el mundo le rió la gracia, afortunadamente: Omar Alfanno, el compositor que prácticamente puso a Marc en el mapa de la salsa, lo paró en seco y le leyó la cartilla: «Yo, en lo personal, yo, Omar Alfanno, no puedo permitir que ningún cantante venga a querer quedarse con el crédito de mi canción, basándose en que él agarra los 'soneos' y pone una o dos líneas. El derecho autoral es lo más sagrado que tienen todos los compositores.» (Vea el grueso de la entrevista de donde se extrae esta cita en este link... y la versión del propio Marc en este otro link, por aquello de que tengan ambas versiones. O en este otro link, para que tengan el panorama completo.) Si me preguntan a mí, no solo Alfanno está en lo correcto, sino que voy aún más allá: Si una de las características más preciadas que tiene la salsa lo es precisamente la capacidad el cantante para fajarse en el montuno improvisando (y es precisamente la buena improvisación entre coro y coro lo que define lo que conocemos como soneo, que por naturaleza se improvisa en el acto, no se escribe como parte de una canción de salsa), ¿cómo es posible que este "maestro," tras que tiene que escribir sus propios soneos ante su incapacidad para improvisarlos, también tenga los cojones de querer cobrar en partes iguales con el verdadero compositor del tema por ello? Si Marc se sale con la suya en este issue y su atrevimiento se convierte en norma (Dios no lo permita), a la salsa como la conocemos hasta hoy le espera un futuro bien feo...

Sin más, pues, queda de nosotros los salseros de todos los días hacer la diferencia en nuestro género, apoyando lo que de verdad merece apoyo y repudiando aquello que no vale, aunque tenga mil padrinos detrás. Despierta, camarón, que la corriente te lleva, como dijo "Perico." Aprende a reconocer al bacalao aunque venga disfraza'o, como dijo Colón...

Y como dice Harlow en ese español goleta tan característico de él (y que los buenos salseros hemos aprendido a traducir): ¡Que viva la música nuestra!

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